La doble estructura de la máquina gubernamental, que en "Estado de excepción" aparecía en la correlación entre autoridad y potestad, toma aquí la forma de la articulación entre Reino y Gobierno y, por último, llega a interrogar la relación misma entre economía y Gloria, entre el poder como gobierno y gestión eficaz y el poder como majestuosidad ceremonial y litúrgica, dos aspectos que han quedado curiosamente descuidados tanto por los filósofos de la política como por los politólogos. Agamben salda esa deuda preguntando y respondiéndose por qué el poder necesita la gloria.