Dedicado a la memoria de Guy Debord, el libro intenta repensar las categorías de la política en una nueva realidad, en la que los pueblos de la tierra parecen haber agotado sus tareas históricas, y el poder y la vida desnuda se enfrentan ahora sin intermediarios. En "Medios sin fin", se buscan paradigmas genuinamente políticos en experiencias y fenómenos que a menudo no son considerados tales: la vida natural de los hombres conforme la diagnosis de la biopolítica foucaultiana; el estado de excepción (esa suspensión temporal del ordenamiento legal); el campo de concentración (esa zona de indiferencia entre lo público y lo privado y, a la vez, matriz oculta del espacio político en que vivimos); el refugiado, que, al romper el nexo entre el hombre y el ciudadano, de figura marginal se transforma en factor decisivo de la crisis del Estado-nación moderno.