“Sin la obra de Guillaume Apollinaire, la poesía occidental del siglo XX será inconcebible. (…) Movimientos, escuelas o estéticas —y el modernismo sería un buen ejemplo— podrían encarnar al abismal paso desde el fulgor y la confianza del siglo XIX a la angustia del XX. Pero, si buscamos un nombre que lo sintetice, no hay, en toda la poesía europea, otro tan significativo como el de Apollinaire”, así presentan esta Antología poética sus autores, Susana Constante y Alberto Cousté, quienes nos brindan aquí la posibilidad de celebrar debidamente el centenario el nacimiento de Guillaume Apollinaire.
En efecto, hijo bastardo de madre finlandesa, Apollinaire nace en Roma en 1880. Vive tan solo 38 años, pero ocupa un espacio denso y agitado no sólo como creador, sino también como crítico de arte, promocionando a los pintores cubistas y descubriendo a nuevos valores como el Aduanero Rousseau, crítico literario y promotor de autores hasta entonces malditos y olvidados, como el Marqués de Sade y los clásicos del erotismo. Hombre inquieto e impulsivo, funda revistas y colabora en todas las publicaciones literarias y artísticas más avanzadas de aquel inicio de siglo, en plena ebullición creativa. Lucha en el ejército francés durante la Gran Guerra y es gravemente herido por un obús en la cabeza, en 1916. Es naturalizado francés y recibe medallas como héroe de guerra. En noviembre de 1918 fallece, víctima de la gripe infecciosa que asola París.
El hombre que escribe, en 1913, “los grandes poetas y los grandes artistas, tienen como función social, una incesante renovación de la apariencia que la naturaleza pone ante nuestros ojos. Sin los poetas, sin los artistas, los hombres se sentirían pronto aburridos de la monotonía de la naturaleza”, es obviamente todavía un hombre romántico, decimonónico, pero ¿quién, hoy, en el último tercio del siglo XX, puede sonreír ante tal afirmación ?
Susana Constante y Alberto Cousté, los dos conocidos escritores argentinos afincados en España, al concebir la selección de los 95 poemas que dan vida a esta antología, que ellos mismos califican de “heterodoxa”, a partir de los nueve libros de Apollinaire (entre ellos sus dos obras maestras, Alcoholes y Caligramas), aspiraron a introducir y estimular en el público de lengua castellana, la lectura de una obra tan notable y tan desconocida, en particular en España. Este libro lleva, además de las notas preliminares que comentan y sitúan cada grupo de personas, una cronología comparada y una bibliografía de y sobre el poeta.