Hablar de sexualidad no corrompe: educa, cuida y transforma. No debería ser un tabú que alimente miedos, vergüenzas o silencie violencias. Es un derecho, una forma de relacionarse, de conocimiento emocional y corporal compartido. Este libro es una invitación urgente y necesaria a repensar la educación sexual que ofrecemos —o evitamos ofrecer— a niñas, niños y adolescentes, cuando la pornografía parece haberse impuesto como la principal escuela informal, que enseña sin explicar y educa sin que le pregunten en una sexualidad jerárquica y desigual entre hombres y mujeres, que objetualiza los cuerpos y erotiza la dominación y la violencia. Sin embargo, no se trata solo de denunciar los efectos de la pornografía o insistir en la prevención y los riesgos sexuales, sino de ofrecer herramientas para concebir la sexualidad como un territorio de libertad, consentimiento y buen trato. Desde una mirada feminista, crítica e inclusiva, sus autoras indagan en las claves de una cultura alternativa del deseo, del cuerpo y del placer. Esta obra interpela a familias, profesorado y a la sociedad en su conjunto a cuestionar lo aprendido, a revisar los imaginarios y los vínculos entre sexualidad, igualdad y justicia social.