Un viaje de tres semanas terminó convirtiéndose en trece meses de confinamiento en Caracas. Lo que comenzó como una visita familiar quedó atrapado entre el cierre del espacio aéreo y la incertidumbre de una ciudad desolada. Desde el encierro hasta las largas caminatas de diez kilómetros diarios, el autor narra en once crónicas cómo la capital venezolana se fue transformando en un escenario surreal: peligrosa y familiar, devastada y vital a la vez. A través de la observación y la experiencia directa, los textos que componen este libro son un testimonio íntimo y colectivo: una mirada que no juzga, solo observa, y que convierte la experiencia personal en un retrato vibrante de la Venezuela contemporánea.