Capibara creció en un circo y es un amante de las ciruelas y las palomitas, aunque tampoco puede decir que no a un helado. Cuando trabajaba en el circo era el lanzador oficial de huesos de ciruela: ¡había llegado a acertar un cubo situado a treinta metros de distancia!
Cuando el barco donde viajaba el circo se hunde, Capibara logra llegar a nado hasta la costa de una isla. Ahora, sin embargo, no sabe a qué dedicar su tiempo, se siente solo y está un poco aburrido... ¡Hasta que conoce a Ai-ai!
En este primer título, como Capibara se ha quedado sin trabajo, Ai-ai le busca uno. Después de encontrarse con un pájaro afónico, un cocodrilo con dolor de muelas y una tortuga que ha perdido el caparazón y tiene vergüenza, ¡Ai-ai se da cuenta de que Capibara debe ser ESCUCHAPROBLEMAS!