Hace cinco mil años, la estela del faraón Zoser describía niños llorando y ancianos encogidos por el hambre. En la Antigua Roma, un agricultor apenas lograba una tonelada de trigo al año. Hoy, esa cifra se multiplica por mil; pero tenemos un desafío inédito, dar de comer a más de 10y#8239;000 millones de personas en un planeta sometido a la presión del clima, el agua y la biodiversidad.
Cada plato esconde siglos de ingenio, tecnologías invisibles y equilibrios geopolíticos. Un sencillo huevo frito resume bien la civilización: ganadería, fuego, metalurgia y comercio de sal. Producimos 11y#8239;000 millones de toneladas de alimentos al año ?3,7 kilos por persona y día?, y aun así el 30y#8239;% de la fruta se pierde en la logística y uno de cada cuatro camiones europeos viaja vacío.
China guarda grano suficiente para alimentar a su población durante casi un año y compra tierras del tamaño de Irlanda en África; nuestras vacas llevan sensores GPS; las granjas verticales multiplican por veinte la productividad; mientras el azafrán se cotiza a miles de euros el kilo? ya hay laboratorios produciéndolo sin necesidad de cultivos tradicionales. Este libro desentraña este tablero global: las tijeras genéticas CRISPR, los drones que patrullan los agros, la industria del nitrógeno, las cocinas fantasma del delivery, la meseta del Loess restaurada por el gigante asiático o las proteínas cebadas en laboratorio.
De las conservas que Appert inventó para Napoleón a los bioreactores del presente, la historia de la comida es la historia de la civilización. Lo que pongamos mañana en nuestro plato se decidirá hoy en la intersección entre historia, tecnología y poder.